25 noviembre 2007

La dama de Shanghai

Título original: The Lady From Shanghai. Año: 1947. Duración: 87 min. País: Estados Unidos. Director: Orson Welles. Guión: Orson Welles (Novela: Sherwood King). Música: Heinz Roemheld. Fotografía: Charles Lawton Jr. (B&W). Reparto: Rita Hayworth, Orson Welles, Everett Sloane, Glenn Anders, Ted de Corsia, Erskine Sanford. Productora: Columbia Pictures.

En el cine hay muchos idealistas que quieren romper moldes y darnos su propia versión de él, Orson Welles fue uno de ellos, trabajaba en cualquier puesto para financiarse sus proyectos privados, muchos de los cuales se quedaban en simples bocetos. Welles ha hecho verdaderas obras de arte a pesar de las manipulaciones que las productoras hacían siempre con sus creaciones, tras el montaje de esta película Orson manifestó: "Si en el laboratorio hubieran rayado iniciales y números de teléfono sobre los negativos, no podría sentirme más desgraciado sobre los resultados" y, fijénse, salió una obra de arte a pesar de no estar conforme el genio, ¿Qué nos hubiera dado si le hubiesen dejado trabajar a gusto?


Michael O'Hara (Orson Welles) defiende a Elsa (Rita Hayworth) de unos ladrones y queda prendado de ella, la mujer le propone que trabaje para su marido en un yate. El está enamorado de ella y con la ayuda del socio del marido ideará un plan para fugarse con la bella dama, pero en la maraña de intrigas y asesinatos que tendrán lugar ninguno saldrá indemne...

Las buenas películas destacan por la meticulosidad con la que se cuida hasta el más mínimo detalle incluidas las actuaciones, magníficas en este caso y en La dama de Shanghai todos los detalles están sobradamente calculados y mimados. El elenco de actores obsequiará al espectador con unas actuaciones de esas que combiene recordar. Es la genialidad de Orson, su buen hacer, la que convierte 80 minutos en una cadena de momentos inigualables.

Una confusa trama, rebuscada, nos mantendrá brújula en mano buscando el norte en este bosque de intrigas y los hilarantes y mordaces diálogos son la guinda para este delicioso pastel, prueba ello de un sólido y gran guión. Convertir un tedioso juicio en pantalla en un acontecimiento desternillante donde la trama se retuerce es como poco obra de un maestro. Orson enseñó al resto de directores que la cámara puede hacer maravillas, colocada en cualquier parte puede resultar natural, artística. Algunas de las escenas de está película, como la "de los espejos", bien podrían estar entre las mejores que se hayan rodado nunca (cuidado, este video contiene detalles de la trama y el argumento)


El metraje es excesivamente corto para una intriga como ésta, donde nos perdemos y se deja demasiado a la intuición del público, anonadado por la belleza de Rita y la magnificencia de Orson.

Terminaré esta reseña con algunas curiosidades sobre el accidentado rodaje que "vió" el divorcio de la pareja Orson y Rita y que dejó alguna estrámbotica situación:

"Welles no aguantaba al maquillador Robert J. Schiffer, desque que chocaran al incio de la grabación en el plató que imitaba a Central Park (unos 30 árboles de pega, movidos por rodillos, creaban la ilusion de que el coche a caballos avanzaba por el parque). Le despidió tras una discusión. Pero era el favorito de Rita y ésta le soltó al jefe de producción que no trabajaría más hasta que volviera su amado Bob. Esto sí, Rita no se atrevió a decírselo a Orson. Así que Shiffer maquillaba en secreto a la actriz y un ayudante la retocaba en plató... hasta que llegó el momento de volar a México. Schiffer, borracho, primero, se chivó a la prensa sobre el vuelo que el equipo, en secreto, iba a coger. Después, los del estudio escondieron en el avión a Schiffer. En el vuelo, Rita se había quedado dormida cuando entraron en una zona de turbulencias. Orson se lanzó hacia la cabina del piloto con ganas de cantarle las cuarenta, abrió la portezuela y descubrió allí a Schiffer. Por una gran casualidad, el piloto y el maquillador habían combatido juntos en la Segunda Guerra Mundial, y le había invitado a la cabina. Poco antes de las turbulencias, el comandante había puesto el piloto automático y abandono su sitio, dejando sólo a Schiffer, que no tuvo tiempo de dar explicaciones a un iracundo Welles que pensó que era una venganza y comenzó a destrozar el avión." (Gregorio Belinchón, colección Cine de Oro de El País)

5 comentarios:

Cesare dijo...

Una de las grandes si señor... Con un primer plano secuencia magistral.

Resulta que Welles dejo una carta escrita a la productora sobre 56 (creo que eran) sugerencias para mejorar el montaje de la película y que allá por los años 80 Walter Murch las ejecuto y esa versión circula por ahí desde entonces. No se si la abras visto...

Twister dijo...

no he tenido esa suerte, he visto la que compré con El País, rebuscaré por la red... Welles revolucionó el cine y a las productoras les costó adapatarse a sus ideas.

Anónimo dijo...

¿Dónde se puede conseguir esa versión?

^Porque justo iba a escribir que Orson, de haber podido rehacer algunas de sus películas con los famosos "Director cut" de ahora, haría maravillas.

Patón.

Twister dijo...

Ni idea Paton, me gustaría verla...

Twister dijo...

He estado investigano y he encontrado que Walter retocó Sed de Mal, sin referencias a la dama de Shanghai, seguiré buscando, al pobre Welles siempre le fastidiaban todas sus obras los productores, tan sabios ellos.

Información sobre Welles:

http://www.pagina12.com.ar/2000/suple/radar/00-09/00-09-24/nota1.htm