Mala Sangre

Titulo original: Mauvais sang. Año: 1986. Duración: 119 min. Pais: Francia. Director: Leos Carax. Guión: Leos Carax. Fotografía: Jean-Yves Escoffier. Reparto: Juliette Binoche, Julie Delpy, Michel Piccoli, Denis Lavant, Hans Meyer, Hugo Pratt, Serge Reggiani, Carroll Brooks.

Esta vez si que me han sorprendido, Leos Carax realiza un trabajo fantástico, inusual, en una película difícil de digerir, exigiendo al espectador una concentración y capacidad mental agotadora, mareante. Una película sin duda para la que yo no estaba preparado, ¿como podemos afrontar este tipo de cine? Sin duda formateando nuestras ideas preconcebidas, nuestras percepciones y dejando la mente en blanco, pués nos la van a examinar, van a indagar y nos van a sacar las emociones en fotogramas y plasmarlos en la pantalla.

Hans y Marc, dos ladrones parisinos, deben dinero a una mafiosa americana y tienen dos semanas de plazo para liquidar la deuda, para solventar este problema han decidido robar el antídoto del virus STBO, que mata a los que practican sexo sin amor, para venderlo pero están en un brete, ha muerto un socio suyo que era el encargado del robo y el único con la misma habilidad es su hijo y dudan que acepte el reto.

Intentar hablar de esta película podría compararse con el intento de explicar física cuántica a un abogado, ¿por dónde empezar? Bien, empecemos por lo mejor, según mi modesta opinión, la fotografía. Jean-Yves Escoffier da una lección sobre como expresar sentimientos con las imágenes, más importantes que los exasperantes e hilarantes diálogos, sobre como transformar la emoción en imagen. Sorprendentes juegos de luces y sombras, de blancos y grises, de colores y todo para hacer de esta película una película visceral, irracional, instintiva. Esta secuencia con la música de Bob Dylan de fondo es una muestra de la fuerza visual de esta joya cinematográfica:

Y esta imagen es la confirmación de un excelente trabajo de fotografía, simplemente brillante:

El montaje recuerda a un comic, con una cámara poco amistosa, en muchas ocasiones, y hostil y cercana, demasiado, en otras. Miradas cargadas de historia, de sentimiento. A veces queremos gritar a la cámara muévete que quiero ver mejor, pero perdería el encanto imaginativo y emocional de la cinta.

Hasta ahora creía que los maestros del rostro imperturbable eran Clint Eastwood (el hombre de las dos caras, con sombrero y sin sombrero) y el marido amargado "Del hombre que nunca estuvo allí" (Obra de arte de los Hermanos Cohen) , sin embargo voy a añadir a mi lista a Denis Lavant al regalarnos en esta película una de las mejores actuaciones que he visto yo en muchos años y todo, casi todo, sin menear el rostro, ¡genial! Es Denis, Alex en la película, el que nos engancha, nos enamora, el que lleva el peso con sus sueños, sus locuras, el que introduce el amor, los celos, la irracionalidad, el deseo, la traición, la pasión y la locura, y es Carax el que mezcla a todos los personajes, todas las imágenes y al guión de una forma que yo no había visto nunca. Tendremos la sensación de estar viendo una película contada por terceros, a unos personajes egoistas que huyen de la cámara y aún asi estaremos maravillados por lo que nos están contando, eso si, al principio hay que hacer acopio de una paciencia infinita para no mandar la película a tomar por saco, pués nos va a resultar extraña y puede que ofensiva.

He de terminar con el guión extraño que nos filman a pinceladas, ahora te cuento un poco, ahora te despisto, otra pincelada más y zas, vuelta de tuerca a la trama. El metraje es extenso, algunas secuencias se hacen larguísimas, otras muy cortas. Una mezcla de estilos muy chocante e inquietante. Difícil de ver, difícil de olvidar, toda una lección de cine y un ejemplo de como rodar pasiones y hacer al espectador partícipe de ellas. El dolor, la alegría y el amor en imágenes. Yo he disfrutado múchisimo, espero ustedes lo hagan también.