11 diciembre 2007

Lilja 4-ever

Título original: Lilja 4-ever. Año: 2002. Duración: 109 min. País: Suecia, Dinamarca. Director: Lukas Moodysson. Guión: Lukas Moodysson. Música: Nathan Larson. Fotografía: Ulf Brantås. Reparto: Oksana Akinshina, Artiom Bogucharskij, Pavel Ponomarev, Elina Beninson, Ljubov Agapova. Productora: Coproducción Suecia-Dinamarca; Memfis Film AB.

Llevo ya minutos buscando inspiración para empezar la reseña de esta película, al parecer mis recuerdos se reducen a imágenes, a una sensación de impotencia que todavía me tiene conmovido y mantiene amordazadas mis palabras. En pocas ocasiones podemos tener la suerte de ver una película que nos recuerda que algunos somos afortunados de poder vivir como lo hacemos y nos lo recuerda con la vileza de mostrarnos las penurias de otros. Comparto con Irian Hallstatt, responsable de que yo viera esta película, mi rechazo al cine social en mi caso por no compartir los excesivas licencias que éste normalmente se permite, pero Moodysson nos acerca a la historia como si estuvieramos viéndola con unos prismáticos...

En una ciudad empobrecida de Rusia Lilja, una jovencita adolescente, es abandonada por su madre lo que convierte su vida en una pesadilla, sin comida, sin recursos. Sólo se mantiene a flote gracias a la amistad de Volodya, un niño sin hogar, encantador. Lilja encuentra la ilusión en los brazos de Andrei que le promete una vida mejor en Suecia, ese viaje le mostrará la realidad de un mundo que aplastará lo poco de valor que le quedaba a la pobre Lilja.

En conjunto resulta una obra desgarradora y punzante, un espejo a una realidad tangible, lejos de ser imaginada. Cuesta adaptarse a la narrativa directísima de Moodysson ahora bien, una vez nos atrapa no soltará la presa tan fácilmente, a mi me tiene todavía amarrado. La historia gira en torno a Lilja, una actuación fantástica y natural, y el motor de esa historia es un carburante social nauseabundo, abandonado a su suerte por gobiernos desinteresados. ¿Cómo cambiar de vida si todo lo que conoces, todo lo que ves y todo lo que te cuentan es lo mismo?

El montaje es merecedor de mis alabanzas, una música perfecta en cada ocasión, por esa cámara que igual te muestra un sentimiento que una imagen perturbadora, y esos decorados que parecen atravesar la pantalla y sustituir los de nuestro salón... si la narración flojea enseguida nos inyectan otra sensación, otra pincelada que nos acerca a la pantalla con ganas de agarrarla, hemos de esforzarnos para no zarandear la televisión en inútiles gestos de impotencia pensando ¡Lilja, pobre Lilja!

Dos minutos bastan, bajo la afixiante Mein Herz Brennt de Rammstein, para dictar sentencia sobre Lilja, eso es lo triste, su futuro en apenas dos minutos. El espectador ignorante puede identificarse con el bueno de Volodya, ese niñito amable y cariñoro que actúa como la conciencia de Lilja y de cuyas sonrisas podríamos aprender.

Estas películas que te secuestran el intelecto durante horas, pensando, soñando con ella son escasas y merecen ser tenidas muy en cuenta. Esta película es una denuncia de la explotación sexual y te deja un regusto amargo y una sensación de abatimiento dolorosa.

(Post dedicado a Irian Hallstatt por darme a conocer esta película)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Además de orientales, nórdicos. Muy fuerte. Demasiado. ¿O no?

Twister dijo...

La película es durísima, si a eso te refieres, si no la has visto intenta conseguirla, esta si que la recomiendo, eso si subtitulada, una maravilla.

Anónimo dijo...

Vale. La apunto a ver si la puedo pillar en algún sitio, que yo soy de los de la generación Pre-Manolo ;-)

Twister dijo...

Patón buscala en la red por el emule, esta no está doblada al español, solo con subtítulos, saludos.

Antonio Rando dijo...

Me alegro de que te gustase; es que es tremenda. Las dos anteriores de Moodysson son algo más amables, pero el acercamiento a los personajes es el mismo.

Twister dijo...

No sabía quien era Moodysson ahora buscaré películas suyas, gracias de nuevo Irian