08 enero 2008

Soy leyenda

Dirección: Francis Lawrence. País: USA. Año: 2007. Duración: 101 min. Género: Drama, ciencia-ficción. Interpretación: Will Smith (Robert Neville), Alice Braga (Anna), Dash Mihok (Macho Alpha), Salli Richardson (Zoë), Willow Smith, Charlie Tahan (Ethan). Guión: Mark Protosevich y Akiva Goldsman; basado en la novela de Richard Matheson. Producción: Akiva Goldsman, James Lassiter, Erwin Stoff, David Heyman y Neal Moritz. Música: James Newton Howard. Fotografía: Andrew Lesnie. Montaje: Wayne Wahrman. Diseño de producción: Naomi Shohan. Vestuario: Michael Kaplan.

Por estrañas razones maritales accedí a ver esta película, digo extrañas porque yo quería ver American Ganster, al final la vi solito, pero mi proposición no fue tenida en cuenta en ningún momento, me quedo con la segunda con los ojos cerrados, Soy leyenda puede pasar por fugaz entretenimiento, tan tan tan fugaz como prescindible, pero c'est la vie, tocó verla e intentar disfrutarla para acabar pidiendo la hora como los futboleros.

Un terrible virus ha infectado al mundo, un virus que saca la violencia interior y la multiplica, Robert Neville (Will Smith) un brillante científico es inmune a esta desgracia y ahora busca desesperado supervivientes y una cura para el terrible mal.

Mi esperada desilusión no está en la actuación de Will Smith, que siempre me recuerda a Tom Hanks al buscar personajes adecuados a su perfil y no adecuarse él al perfil del personaje, ahí es donde se demuestra el buen hacer, lo otro es simplemente tener caché para elegir; mi desilusión está en que esta vez me esperaba una película alejada de los discursos baratos y un director, Francis Lawrence, que busca conmover y no narrar, que no se tirara por lo fácil; no soñaba yo con un guión que bien podía estar colgado en un tablón de anuncios de algún tabloide inglés. Defraudado me he quedado con esta película, que no estafado.

Destaco el argumento, sacado de la novela escrita por Richard Matheson en 1954, y quizás las fantásticas imágenes de Nueva York devastada. La actuación de Will Smith es resultona, poco más, si bien llega a conmover al espectador, en mi caso ostentosamente aburrido tras los primeros 30 minutos de buen cine, transformados en 100 minutos de ñoñerías, lagrimeos y bostezos.

En fin, discutible su calidad, discutible sus actuaciones, pero indiscutible su aburrimiento. No sigo, que me vuelvo a enfadar, ¡feliz año de nuevo a todos en este mi primer post del 2008!.

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